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Review

Mejores discos internacionales de 2018

¿Es el de Rosalía también disco del año a nivel internacional? Se lo disputa con gigantes como Kamasi Washington, con el mejor disco de Beach House o con un Nicolas Jaar camuflado en Against All Logic. La deriva latina del pop de masas es un hecho; pero la pervivencia de los géneros clásicos también lo es. Esto es, en nuestra opinión, lo mejor de 2018.

2018 no ha sido un año corriente. Hemos visto triunfar una moción de censura en las Cortes del Estado español, a dos impresentables mandatarios como Donald Trump y Kim Jong-un reunirse tras décadas de hostilidades entre Estados Unidos y Corea del Norte, el final definitivo de ETA, los triunfos electorales de la derecha más reaccionaria y xenófoba en demasiadas partes del mundo, al pueblo francés alzarse en armas contra sus gobernantes y sus políticas (como muchas veces) o la exhumación del dictador Francisco Franco de su monumental tumba (ah, no, eso todavía no). Grandes genios como Stephen Hawking, Forges o Dolores O’Riordan nos han dejado, y quién sabe cuántos nuevos habrán nacido durante todo el año.

Y en lo musical qué decir: ¡revolución total! Si en los últimos años la dinámica evolutiva de la música popular ha trazado una trayectoria que ha puesto el foco en la electrónica, el R&B y el hip-hop, no cabe duda de que en su siguiente paso se ha visto claramente reforzada la imagen y la trascendencia de la música latina en el mundo entero. Traducido en pocas palabras: el pop ha pivotado hacia lo latino. Rosalía y J Balvin son probablemente la artista y el artista del año, referentes, nos gusten o no, de los tiempos que corren. Con esto no queremos decir que el rock y demás formas de música, otrora consideraras la vanguardia, hayan muerto para siempre: su presencia en las listas de mejores discos del año sigue siendo importante; pero no busquen en ellas la explicación más actualizada del punto cultural en el que se halla la sociedad global.

Con todo, cerramos al repaso de los que consideramos mejores álbumes de 2018. Aquí va nuestra clasificación final de lo mejor del año a nivel internacional.


30

Chvrches: Love Is Dead

Aunque Stereogum lo haya calificado como “tropiezo”, a nosotros nos encanta. Love Is Dead no es el golpe de conciencia encima de la mesa que pensaba Lauren Mayberry que sería, pero su efusividad, el carácter inquebrantable y espumoso de su pop y la facilidad con la que entran sus estribillos lo convierten en un producto perfectamente consumible. Como si de una ración más de bebida energética se tratara, el nuevo trabajo de CHVRCHES te da alas con piezas pop como ‘Get Out’, ‘Deliverance’, ‘Forever’ o la monumental ‘Miracle’, te hace mover las caderas con las contundentes ‘Graves’ o ‘Heaven/Hell’; pero también da espacio para ambientaciones emocionales (‘My Enemy’, con la inestimable aportación vocal de Matt Berninger, de The National) y leves ecos a Depeche Mode y a Chromatics en sus últimos compases.


29

Idles: Joy as an Act of Resistance

El punk siempre ha sido un acto de resistencia, un resorte para el despertar de la conciencia social. En ese sentido, teniendo en cuenta el estado del mundo, y aunque las guitarras puedan no estar viviendo su mejor época, posee un alma contestataria que nunca se pasará de moda. Los discursos sí que cambian, y en el caso de IDLES, el último grito del género proveniente del Reino Unido, actualizan una crítica que arremete, entre otras cosas, contra el racismo, el machismo o los abusos de poder. La morfología sí es la habitual: metralla en forma de guitarras que raspan, bajos hiperactivos y ritmos de guerra, alentada por la voz de Joe Talbot a la orden de no dejar prisioneros.


28

Cardi B: Invasion of Privacy

Nacida en la parte más pobre del Bronx, de ascendencia hispana y caribeña, la nueva rapera de moda en Estados Unidos ha debutado por fin en largo tras el exitazo de ‘Bodak Yellow’ –primer single de una artista femenina en llegar al nº1 desde Lauryn Hill–, firmando un trabajo más que notable. En él, abandonando en contadas ocasiones los cánones más actuales del hip-hop, cuenta cómo una stripper de barrio se ha convertido en estrella, vertebrando un discurso en el que el feminismo y la autenticidad de su figura –¿dónde acaba la persona y empieza el personaje?– otorgan solidez y coherencia a esta ópera prima.

Cardi B actuará en el marco del Primavera Sound 2019, con entradas a la venta en Ticketmaster.


27

Metric: Art of Doubt

Si alguien en 2018/19 pregunta qué es el rock alternativo, la respuesta más actualizada la hallará en el último trabajo de Metric. En la voz casi sísmica de Emily Haines, capaz de hacer temblar la tierra, en las guitarras titánicas y en sus ritmos, que cabalgan decididos entre la perdición y la esperanza. Pero, por encima de todo esto, en las melodías. Magnéticas, románticas, expresionistas. De esas que claman justicia vital, asumible por cualquiera de sus oyentes, bajo la lluvia, a contraluz y en lo alto de un risco. La raíz, para una compositora ligada a la tropa Broken Social Scene, está más en la alegría del pop que en el martirio propio del grunge, pero temas como ‘Risk’, ‘Dressed to Suppress’ y, sobre todo, ‘Art of Doubt’ rascan picores provenientes de un tipo de tensión psicosocial muy similar. Un buen antídoto para el malhumor típico de estas fechas.


26

Lucy Dacus: Historian

A esta joven cantautora de Virginia no le ha hecho falta más que un par discos para proyectar una completa y muy sólida personalidad musical. La paleta estilística de Historian recorre de reojo el rock sureño, desde un enfoque indie, donde lo que cuenta importa tanto como el cómo nos lo cuenta. Piezas como ‘Night Shift’, ‘Nonbeliever’, ‘Pillar of Truth’ o ‘Timefighter’ son muestra más que suficiente de la fortaleza y de la capacidad narrativa y musical de Dacus, una auténtica estrella en ciernes.

Lucy Dacus actuará en el marco del Primavera Sound 2019, con entradas a la venta en Ticketmaster.


25

Hookworms: Microshift

Los primeros 20 minutos, en bucle. La respuesta de MJ –Matthew Johnson, compositor principal de la banda– a las desgracias recientes (la inundación de su estudio, el Alzheimer de su padre, la muerte de un querido amigo, etc.) es un conglomerado de post-garage, dance-punk, noise-pop, drone y algo de psicodelia con el que apretarás lo puños mientras las lágrimas afloran evaporándose. Un híbrido entre los Stereolab más ácidos y los Preoccupation más emparentados con LCD Soundsystem. ¡Discazo!


24

Spiritualized: And Nothing Hurt

Hay un estado de felicidad y relax específico directamente relacionado con el hecho de escuchar Spiritualized. La de Jason Pierce es otra liga desde hace tiempo: lleva años, incluso lustros, instalado en la brillantez compositiva, inspirado por el mismo halo de iluminación que le hace flotar en el espacio; y a nosotros con él. En el interior de su último disco, como en casi toda su discografía, es imposible que nada te haga daño. Pero no es un espacio reducido, un círculo de confort íntimo y cerrado donde estar a salvo; sino más bien al revés: es un universo en expansión, limpio, soleado y abierto a quien quiera entrar para sumar. Ruidoso, orquestal, agitado y pacificador a la vez, And Nothing Hurt convierte definitivamente a sus autores en el último gran clásico del modelo de música de la segunda mitad del siglo XX: uno de esos grupos (y sonidos) que solo se explican por sí mismos.


23

Deafheaven: Ordinary Corrupt Human Love

Si hace tres años Deafheaven se consagró como grupo-salvador del metal alternativo, aquel que había traspasado las fronteras de su género minoritario, gracias a New Bermuda, hoy los californianos han dado otro paso de gigante hacia el mainstream. Ordinary Corrupt Human Love, su cuarta entrega, contiene lo que probablemente es la receta más completa, atractiva y accesible del sonido de la banda: una base general de post-rock instrumental cuidado, delicado y luminoso que nada tiene que envidiar a las progresiones de Explosions In The Sky o Toundra, por ejemplo; y un 25-30% de terminaciones metaleras protagonizadas por George Clarke y sus rugidos. Da igual si la fase de metralla vocal y rítmica abre el tema, lo cierra o lo parte en dos: en la hora que duran sus siete canciones –calculen ustedes la media– hay espacio para todo.


22

DJ Koze: Knock Knock

Con permiso de Nicolas Jaar (en su versión Against All Logic), Nils FrahmJon Hopkins, y alguno más, el productor alemán Stefan Kozalla (a.k.a. DJ Koze) se ha marcado uno de los mejores álbumes de electrónica de 2018. Es, al menos, el más rico y variado; el más completo, el que más formas de electrónica contiene, y también el más divertido y uno de los más estimulantes. Kozalla no acostumbra a editar en formato largo, pero este Knock Knock, sus 16 canciones y su hora con 18 minutos ya nos parecen poca duración para la cantidad de ideas, sub-estilos y derivas que se toman en él. Hay bases de minimal orgánico, trazas de trip hop, momentos de house e italo disco, dentelladas de hip hop, pop armónico… y si sigues buscando seguro que encuentras muchos estilos más.


21

Superorganism: Superorganism

Uno de los fenómenos de la temporada. Orono Noguchi, jovencísima nipona de 18 años, reunió a su alrededor hace tres lo que en su día fue la banda neozelandesa The Eversons –de la que era fan–, compartieron música, después se asentaron en Londres y acabaron dando el pelotazo publicando la infecciosa ‘Something For Your M.I.N.D.’ a través del prestigioso sello Domino. Representando de algún modo el pop que habrían hecho GorillazSuperorganism combina en su álbum de debut elementos retro, contemporáneos y futuristas dando a luz un sonido tan fácil de escuchar como complejo y cuidado en su concepción. Extraordinaria carta de presentación para una propuesta de se define por su frescura y aparente espontaneidad.


20

Ross From Friends: Family Portrait

Flamante fichaje del sello Brainfeeder de Flying Lotus, el productor británico Felix Weatherall (AKA Ross from Friends) debuta a lo grande con un disco de electrónica a medio camino entre lo lo-fi y lo clubber-raver derivado de su propia herencia musical familiar. Su padre diseñaba sistemas de sonido electrónicos y el joven Weatherall pronto se interesó por sus cintas analógicas y sintetizadores. El resultado, tras años de fogueo más volcado en las pistas de baile, es un sonido sosegado aunque sumergido en oscuridad, acogedor y nostálgico a la vez: la culminación de un proceso mediante el cual el artista ha sido capaz de “aprovechar mi inestabilidad emocional” para perfilar un sonido eminentemente personal. Electrónica de autor, si se me permite la expresión. Y a todo eso hay que sumar el nombre, cuyo gancho instantáneo es todo un plus en el mundo masificado en el que vivimos.


19

Rhye: Blood

Milosh se ha quedado solo al frente del proyecto Rhye, pero eso no le ha impedido sacar un disco estupendo. Blood es un espacio sensual, delicado y sugerente de soft R&B construido a ritmo downtempo en el que ninguna nota desentona o altera el dibujo general. No dejéis de escuchar la intensa y emocional ‘Blood Knows’ o la gomosa y popera ‘Phoenix’, dos de las piezas más estimulantes.


18

Ex:Re: Ex:Re

Al tratar sobre una dolorosa ruptura, es comprensible que el disco más personal de Elena Tonra hasta la fecha se haya publicado fuera de los márgenes de Daughter. No obstante, nadie se extrañaría demasiado si lo hubieran firmado como banda ya que el estilo es fundamentalmente el mismo: canciones recogidas, emocionales y minimalistas, un elegante eco de dreampop vulnerable que se agazapa en un círculo de confort que, por momentos, podría poner de acuerdo a la Cat Power más desnuda y a los Cigarettes After Sex más heridos. Con ayuda de Fabian PrynnTorna ha construido un relato triste y desolado pero que eleva esa extraña dignidad que hay a veces en la derrota. Canciones como ‘Crushing’, ‘New York’, ‘Romance’ o ‘Too Sad’ tienen la culpa.


17

Cat Power: Wanderer

Aunque la tortuosa trayectoria personal de Chan Marshall ha propiciado altibajos en su carrera, no cabe duda de que nos hallamos ante uno de sus mejores momentos. Wanderer nos reconcilia con la versión más íntima y elegante de la cantautora de Georgia tras el fiasco que supuso Sun y su gira resultante. Tal vez sea por su reciente maternidad, pero en su nuevo material se respira paz, sencillez y claridad: como si fuera un anverso luminoso y positivo de Moon Pix. Su piano, su pizzicato de guitarra, su voz y sus melodías lo inundan todo como un océano tranquilo. Más allá de la versión de Rihanna (‘Stay’) y de la colaboración con Lana del Rey (‘Woman’), que fueron singles, con temas como ‘In Your Face’, ‘Black’ o ‘Nothing Really Matters’ Cat Power vuelve a tocar tuétano. Canciones que nos arropan bajo sábanas blancas.


16

The Blaze: Dancehall

Quien tuviera el acierto de ver a The Blaze en directo en el Primavera Sound, varios meses antes de que su debut viera la luz, habrá recibido Dancehall como la confirmación de todos sus presagios. Porque la magia comunitaria, el hermanamiento electropop positivista que se desprende de sus directos, empapa de igual forma nuestro espíritu desde su materialización en estudio. A medio camino entre The xx, Bastille y Yelle, el dúo, compuesto por dos primos parisinos, se alimenta de ritmos house poco cargados y barnizados con una pátina emocional por la que, en palabras de Joan S. Luna, de Mondosonoro, se les podría catalogar como emo dance. Puede que su propuesta sea uno de los umbrales más accesibles y vulnerables al universo de la electrónica, pero con temas como ‘Heaven’, ¿quién se negaría a cruzarlo?


15

Mitski: Be the Cowboy

Disco del año para Pitchfork. Esta trotamundos afincada en Estados Unidos ha revalidado su condición de nueva heroína del pop-rock con un disco soberbio, sólido y fresco. Con él ha definido su espacio de expansión estilístico a medio camino entre la primera PJ Harvey y la St. Vincent más rockera. Como ya ocurría en Puberty 2, su anterior trabajo –su cuarto disco pero el primero que tuvo trascendencia (el primero con Dead Oceans)–, Be the Cowboy presenta canciones breves con planteamientos directos que revelan una potente y perfectamente perfilada personalidad musical. A partir de ahora, por tanto, parecerse a ella misma será su única referencia principal.


14

Kali Uchis: Isolation

La combinación perfecta de pop, música latina, soul, R&B y espíritu indie. La colombiana-norteamericana Kali Uchis, desde la más absoluta elegancia, ha entregado un extraordinario álbum de debut. Extenso, variado, sin titubeos ni complejos y con grandes colaboradores –Jorja SmithTyler The Creator, etc.–, Isolation se mantiene a cabotaje en la orilla de las dos Américas a la vez, perfilando estilos y requiebros sorprendentes que ni caen en tópicos ni responden a producciones facilonas. Es alternativa sin serlo, ha conquistado el mainstream sin plegarse a él, ¿qué más se le puede pedir?

Kali Uchis actuará en el marco del Primavera Sound 2019, con entradas a la venta en Ticketmaster.


13

Low: Double Negative

Mucho se ha hablado de lo excepcional de este disco en la trayectoria de Low, de lo virtuoso que es experimentar tras 30 años de repetir el mismo patrón musical. Sin embargo, viéndoles presentarlo en directo nos damos cuenta de que no hay tanta variación, de que el supuesto halo electrónico novedoso reside fundamentalmente en el entramado de pedales del bajo y de la guitarra. Sí estamos ante el trabajo más fantasmagórico que se le recuerda al trío de Minnesota; pero, una vez disipadas las brumas y las pulsiones, derivadas de las diez cuerdas, emergen estructuras, voces, melodías y ritmos que nos remiten al mismo culto a Low que hemos practicado toda nuestra vida. Cambian las formas (y no tanto), el espíritu se mantiene intacto.

Low actuarán en el marco del Primavera Sound 2019, con entradas a la venta en Ticketmaster.


12

Jungle: For Ever

Después del pelotazo que dieron hace cuatro años con su álbum de debut, a Jungle le tocaba el siempre complicado trámite de refrendar su estatus con una segunda entrega. ¡Y vaya si lo han hecho! For Ever, en conjunto, puede que sea incluso mejor que el estreno homónimo de los ingleses. Es, al menos, más sofisticado, pausado y calculado, dando como resultado un producto más fino y elegante aún si cabe. Menos explosivo, sí, pero más convincente. El flow que desprenden ahora expresa una seguridad (incluso un puntito de soberbia) que antes solo intuíamos, implicando a todos los géneros utilizados (soul, funk, disco, etc.) al servicio de la misma línea, sugerente y con guiños al pop de raíz electrónica. Además, fuera de los muchos hits –‘Smile’, ‘Heavy, California’, ‘Happy Man’, ‘Cosurmyne’– más característicos, se han metido en las zapatillas de alt-J –‘Mama Oh No’– y de Tame Impala –‘Pray’– con éxito. Jungle siguen creciendo…

Jungle actuarán en el marco del Primavera Sound 2019, con entradas a la venta en Ticketmaster.


11

Let’s Eat Grandma: I’m All Ears

Una de las más gratas sorpresas de la temporada, aunque ya deberíamos habernos dado por advertidos. I’m All Ears, segunda referencia de las jovencísimas Let’s Eat Grandma, reúne parámetros de varios géneros, como del pop artístico y experimental, del R&B contemporáneo, del avant-garde electrónico o de ciertas reminiscencias del trip-hop, para darles totalmente la vuelta y combinarlos de nuevo desde cero. Con el desparpajo y la frescura de la primera Lorde, la claridad artística de CocoRosie y la producción de David Wrench (SamphaThe xxFKA TwigsShura, etc.), Rosa Walton y Jenny Hollingworth han conformado un lenguaje musical mágico, esperanzador y seductor, y lo han hilado de manera soberbia.


10

The 1975: A Brief Inquiry Into Online Relationships

Desde el “Robinho es el nuevo Pelé” no nos tragamos eso de X es el nuevo Y. Si desde NME quieren relacionar conceptualmente A Brief Inquiry Into Online Relationships con el OK Computerde Radiohead, sus motivos tendrán, pero son los suyos y no vamos a recoger aquí el guante. En primer lugar porque en su tercera entrega, los de Mánchester destacan, otra vez, por un extraordinario eclecticismo, recordando por momentos a Bon IverPhoenixTwo Door Cinema ClubThe KillersModerat o (oh, sí) a Radiohead, y haciendo gala de ritmos urbanos y jazzísticos. Y en segundo, porque, a pesar de un análisis sociológico semejante al que hicieron Thom Yorke y compañía en 1997, se aprecia positivismo en el brillante colorido que lo envuelve todo. Aun así, DISCAZO.

The 1975 actuarán el próximo verano en el Mad Cool Festival y en el FIB, con entradas a la venta en Ticketmaster (Mad CoolFIB)


9

Jon Hopkins: Singularity

Todo está conectado para Jon Hopkins. El universo: su nacimiento, su expansión y su destrucción, forman una única singularidad. Desde esa base conceptual el excelso productor británico, autor de un techno acristalado con latigazos de épica invernal, ha configurado un viaje de ida y vuelta a diferentes ritmos, combinando la fuerza estática de lo ambiental con la elegancia que siempre determina su vertiente bailable. No estamos antes la concreción y precisión de Immunity, su anterior trabajo, pero aunque la capacidad de captación de atención sea desigual a medida que avanza el álbum, sí es otra impecable entrega más del inglés, despojada de todo elemento a baja resolución.

Jon Hopkins actuará el próximo verano en el Mad Cool Festival, con entradas a la venta en Ticketmaster.


8

Snail Mail: Lush

Lindsey Jordan ha publicado su primer disco (con Matador, nada menos) una semana antes de cumplir los 19 años, culminando así el proceso paralelo de crecimiento y madurez artística inaugurado a los 17 con su EP Habit, y durante el cual ha girado por Norteamérica con GirlpoolBeach Fossils o Waxahatchee, en una esfera estilística muy cercana. Pero más allá de su extraordinaria precocidad, el proyecto Snail Mail (sumando a Alex Bass y a Ray Brown al bajo y batería) destaca por acertar en la diana de ese sonido indie tan puro y liberador que, por suerte, sigue renovándose año a año, década a década, gracias a apariciones salvadoras como esta. ¿La nueva heroína del indie-rock? Desde luego, bien podría entrar en una especie de Liga de la Justicia del Indie con Courtney BarnettMitskiCar Seat Headrest, las ya mencionadas Waxahatchee y Girlpool, o Frankie Cosmos.

Snail Mail actuarán en el marco del Primavera Sound 2019, con entradas a la venta en Ticketmaster.


7

Jorja Smith: Lost & Found

Avisados estábamos. Cuarta clasificada en el BBC Sound of 2017 y Mención especial de la crítica en los Brit Awards 2018, Jorja Smith ha colmado las mejores expectativas puestas en ella con Lost & Found, un soberbio manifiesto de R&B noventero con el que presenta firme candidatura para heredera de Lauryn Hill. Si eras de ‘Killing Me Softly with His Song’ o ‘Ready or Not’, canciones como ‘Blue Lights’, ‘Lifeboats (Freestyle)’ o ‘Teenage Fantasy’ te volverán loco. Pero más que hacia el rap, el R&B de Smith se inclina en general hacia un pop estelar y a la vez íntimo, con majestuosas y elegantes joyas como ‘The One’, ‘February 3rd’ o la rompecorazones ‘Wandering Romance’. Porque su voz puede tocar y conquistar cualquier palo que le brinde la base, ya sea minimalista, en estos últimos ejemplos, de hip-hop en los anteriores, o casi de acid-jazz en ‘Where Did I Go?’ y ‘Lost & Found’. ¡Un maravilla!

Jorja Smith actuará el próximo verano en el Mad Cool Festival, con entradas a la venta en Ticketmaster.


6

Kamasi Washington: Heaven and Earth

Algunos expertos aseguran que estamos asistiendo al despegue y auge de la figura más impactante del jazz desde la aparición de los Charlie ParkerMiles Davis o John Coltrane. Instalado en la prestigiosa y arriesgada firma Young Turks –tras haberse dado a conocer publicando The Epic en Brainfeeder, el sello de su amigo Flying Lotus–, Kamasi Washington se ha hecho experto en abrazar incontables estilo, subgéneros, movimientos y elementos dispares desde su saxo, absorbiendo sonoridades y ritmos de manera absolutamente voraz. Con su última obra, además, dos horas y 24 minutos de jazz contemporáneo volando en plena libertad, ha llevado a cabo una búsqueda de su propio yo entre la dualidad de lo terrenal y lo espiritual. Tiene 37 años y ya ha hecho el amor con varios de los artistas más importantes de su generación (Kendrick LamarFlying LotusThundercatFlorence + The MachineRun The JewelsSt. VincentIbeyiJohn Legend, etc.); ¿dónde estará su límite?


5

Beach House: 7

Con una trayectoria tan perfecta como la de Beach House, es difícil decir que 7 es su mejor álbum, pero vamos a hacerlo: 7 es, según nuestra opinión, el mejor trabajo de Beach House hasta la fecha. Su deriva ligeramente shoegaze –refrendada en una antológica y ruidosa (hola, My Bloody Valentine) actuación en el Primavera Sound– otorga a su delicado y canónico sonido dreampop una pátina de carácter que le sienta de maravilla. Centrada en ‘Dark Spring’, ‘Dive’ o ‘Girl of the Year’, pero determinante en el conjunto del disco. Con todo, mantienen intacta la burbuja ambiental que llevan construyendo desde mediados de la década pasada, aportando nuevas texturas –como la de ‘Black Car’– y no dejando que se vicie el aire.


4

Tirzah: Devotion

Además de ser uno de los debuts del año, el álbum de Tirzah resulta un delicioso enigma musical. Demasiado repetitivo para ser pop, demasiado melódico para ser electrónica y demasiado lento para ser R&B, Devotion lo es todo al mismo tiempo pero de la forma que menos te esperas. Producida por su inseparable Mica LeviTirzah Mastin ha suavizado, ralentizado y densificado el ritmo de su música –con respecto a sus dos anteriores EPs, más bailables– hasta definir un lenguaje musical propio que no se parece a nada. Algo así como una versión de Moses Sumney en femenino y proveniente de otros estilos. En Pitchfork hablan de ella alabándola desde el valor de la imperfección…

Tirzah actuarán en el marco del Primavera Sound 2019, con entradas a la venta en Ticketmaster.


3

Nils Frahm: All Melody

All Melody, el trabajo más accesibles y equilibrado del muy prolífico y genial compositor y productor alemán, abarca dos de sus extremos más utilizados y definitorios: el del piano desnudo y solitario y el de las escalas de sintes en espiral que tanto nos gustaba en ‘Says‘, de Spaces. En referencia a esto último, cortes como ‘A Place‘, ‘All Melody‘, ‘#2‘ o ‘Kaleidoscope‘ nos transportarán a esos territorio gélidos, místicos y majestuosos que tan bien describe con su música el artista de Berlín. Pero además, hay revestimiento majestuoso que parece beber de una suerte de elegancia clásica sacerdotal, sublimados en coros que podrían haber sonado en las Grandes Dionisias o en las Panateneas de la Grecia antigua. Un disco casi atemporal.


2

Rosalía: El Mal Querer

La media hora que cambiará para siempre la posición del castellano en el mainstream musical internacional. El Mal Querer, segundo disco de Rosalía tras Los Ángeles, es sencillamente extraordinario. Desde una teatralidad que emocionaría al mismísimo Lorca, la catalana ha construido un lenguaje poderoso, por la fascinación generacional y socialmente transversal que ha generado; arriesgado, por haber apostado con éxito por la alianza entre música urbana, el R&B, el pop artístico y el universo flamenco-gitano –no tanto el antiguo y dogmático como el más actual, de segunda o tercera generación–, explicando este último de manera brillante; tan sólido como gigantesco, y capaz de recuperar tradiciones y símbolos de una España que muchos, desde el republicanismo, el antifranquismo y la izquierda, consideramos ajenos y hostiles. Lo dicho: Rosalía es la Lorca del siglo XXI.

Rosalía actuará en el marco del Primavera Sound 2019, con entradas a la venta en Ticketmaster.


1

Against All Logic: 2012-2017

Sin avisar y con otro nombre. Así ha puesto Nicolas Jaar en el mercado su último y extraordinario trabajo: un 2012-2017 que es, seguramente, su mejor publicación hasta la fecha. Jaar ha eclosionado definitivamente, reinando en un universo tremendamente sexy donde el soul se mueve a ritmo de techno y house. Capaz de soldar dos épocas, la del disco-funk y la del clubber, su propuesta electrónica alcanza aquí un nivel que no dejará a nadie indiferente. Si Arquímedes necesitaba un punto de apoyo, Nicolas Jaar solo necesita sus dos manos para hacer que el mundo se mueva solo. Más de una hora de orgía electrónica, tremendamente sexy y más bailable aún. ¿Sus mejores momentos? Los ramalazos soul de ‘Some Kind of Game’, ‘Now U Got Me Hooked’, ‘This Old House Is All I Have’ y ‘Know You’, el rompepistas ‘I Never Dream’. Discazo insuperable.