Calamaro en estado puro, arte al servicio del arte

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Hay artistas Peter Pan que pelean por mantener un espíritu adolescente que hace miles de arrugas que perdieron. Otros, sin embargo, se esfuerzan por escalar cada día un peldaño más en la grandeza de la música, conquistando espectros aún no descubiertos y posicionándose como referentes. Andrés Calamaro es uno de esos genios que ha sabido atraparnos con su rock canalla, enamorarnos con baladas imposibles, hacernos saltar con un pop alegre y desenfadado y, ahora, dejarnos boquiabiertos con The Romaphonic Sessions (Warner, 2016), un disco con el que parece haber alcanzado esa cima de madurez artística. Para que podamos disfrutarlo, el festival Guitar BCN 2016 nos lo trae hasta el Palau de la Música Catalana el próximo 16 de junio. Calamaro en estado puro, arte al servicio del arte.

Durante años, el artista bonaerense se ha dedicado a recopilar esas canciones, propias y ajenas, que él creía superaban los límites de la belleza. Aunque la mayoría distaba mucho del resto en cuanto a estilo musical, en esta tercera entrega Calamaro nos ha dejado 10 pequeñas joyas acompañándose, tan sólo, del piano de Germán Wiedemer.

Con los sentimientos a flor de piel, hay versiones de canciones de sus discos con Los Rodríguez tan alabadas como Mi enfermedad que encuentran un nuevo público al que dirigirse, unos nuevos oídos a los que llegar en forma de vibraciones suaves y reposadas. Y otros temas ajenos como El día que me quieras, de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, que, 82 años después de su grabación, vuelven a ser una catarata de propia conmiseración.

En Barcelona tendremos la oportunidad de ver a Calamaro en un entorno único, el Palau de la Música Catalana, desnudando su alma sobre el escenario. Gran apuesta este año la del Guitar BCN 2016, que entre su cartel también cuenta con artistas de la talla de James Bay, Buena Vista Social Club, Luis Eduardo Aute, Yann TiersenZakk Wylde o Noel Gallagher, entre muchos otros.

Te dejo que vayas poniéndote a tono con los diez temazos de The Romaphonic Sessions para escuchar tranquilo, para dejar fluir los sentimientos. Baja las luces, cierra los ojos y olvídate de todo por unos minutos. Merece la pena.