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Review
Crítica: Royal Blood – How Did We Get So Dark?
Nada nuevo de Royal Blood en su nuevo disco: todo bien. Los británico repiten fórmula stoner rock en 'How Did We Get So Dark?', su segundo disco, transitando entre gruesos riffs, baterías marciales y discursos a medio camino entre el victimismo romántico harcoreta y la suficiencia de los tipos duros que no necesitan amar.
El éxito de Royal Blood con su homónimo álbum de debut en 2014, vaticinado por el BBC Sound of 2014 varios meses antes, vino a significar todo un advenimiento en el panorama stoner rock de Inglaterra. El disco no solo fue número uno en la lista de ventas de rock en su país –y top-10 en una docena de países más–, sino también en la general: sinónimo de lo necesitado que estaba el público británico de recibir la respuesta nacional a sonidos como los de Queens of the Stone Age o Kings of Leon, más genuinamente americanos. Y al final, hoy por hoy, y como ha ocurrido en cientos de ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad, son los de Brighton quienes marcan el paradigma del género.
El secreto, ya se dijo en su día, reside en la edificación melódica que Mike Kerr hace a partir del bajo, del que extrae dos sonidos diferenciados pero íntimamente unidos. Luego Ben Tatcher remata cada verso a martillazos de ritmo implacable. Así, el sonido resultante se compone de enormes bloques de piedra maciza: la banda sonora perfecta para hacerse fuerte.
Royal Blood revolucionaron el panorama rock inglés hace tres años, se hicieron mundialmente famosos, dieron la vuelta al planeta presentando un álbum que les ha hecho ricos y, rápidamente, se pusieron manos a la obra con su continuación. En octubre de 2015, es decir, poco más de un año después de haber publicado Royal Blood, la banda anunció que estaba trabajando ya en su segunda entrega. Lo hicieron en el autobús que les llevaba de gira, donde habían montado un pequeño estudio. “Es difícil escribir cuando todo en el estudio se cae debido a que el conductor ha tomado una curva muy cerrada”, decía por aquel entonces Kerr. También reconoció algo que hemos podido comprobar a la luz de How Did We Get So Dark?: “no hemos tenido necesidad de reinventar la rueda”, decía. Porque si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
Por eso sería injusto tildar de decepcionante el segundo trabajo del dúo británico: porque todos habríamos firmado con ellos un precontrato continuista tras su debut. El problema es que donde el primero sonaba espontáneo, impulsivo aunque preciso y fundamentalmente incendiario, el nuevo parece haber seguido unas pautas concretas. Como si su sonido hubiera tenido que avanzar por un estrecho pasillo preconcebido con la prohibición de tocar las paredes. Insisto, por el corredor estilístico que todos hubiéramos firmado con los ojos cerrados para este y para otros cinco disco más.
Terreno acotado
De ese modo, How Did We Get So Dark? transita entre el stoner rock de corte más monumental de ‘Lights Out’, el más ágil y carismático, melódicamente hablando, de ‘Look Like You Know’ –quizá los dos mejores temas del disco–, el de tipo Death From Above de ‘Where Are you Now?’, el de tipo Queens of the Stone Age de ‘Hole In Your Heart’, y esa especie de torbellino pseudo misógino que es ‘Hook, Line & Sinker’: “She’s got the devil on one shoulder / And the other’s getting colder / (…) Then she drags me by one finger / To her lips, hook, line and sinker / (…) My love calls like a whistle / (…) I’m a slave to your addiction / Your affection and your friction”.
En ese sentido, el lírico, el álbum se mueve también entre el típico victimismo romántico hard-rocker de su tema homónimo e inaugural – “How did something so sweet tear us apart? / Oh, on a sinking ship with a heavy heart / How did we get so dark?”– de ‘Where Are You Now?’ –“I’ve tasted every potion, they don’t taste like you / You’re a teardrop in an ocean”– y de ‘Sleep’ –“I just can’t help myself / Thinking you’re with someone else”–, y la suficiencia de quien dice no necesitar amar de ‘She’s Creeping’ –“She’s creeping / Into my bloodstream / I’m not where I’m supposed to be / It’s so boring”– y ‘Look Like You Know’ –“Don’t say that you want me / Don’t pray the wish you can’t make come true / (…) Cause that look on your face / Says “Baby I never knew””–. Entre el amor prohibido, oscuro, emocionante y sucio de ‘Don’t Tell’ y ‘Hook, Line & Sinker’, y el modelo rompecorazones (pero-sincero) de ‘Hole in Your Heart’.