Crítica: The Album Leaf – Between Waves

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Jimmy LaValle lo ha vuelto a hacer. Cuando su proyecto estrella, The Album Leaf, se encontraba a las puertas del olvido, resucita su sonido visionario con un nuevo trabajo más que notable. Between Waves, su primer álbum desde 2010, es otra imprescindible aportación a la electrónica ambient post-rockera, un maravilloso género mestizo.

La popularidad no ha sido nunca el mejor aliado de Jimmy LaValle. Con ninguno de sus varios proyectos musicales ha alcanzado hasta ahora verdadera notoriedad desde el punto de vista del mainstream, aunque sí en determinados círculos alternativos del post-rock y de la electrónica ambient, su hábitat natural. Hablamos de un músico de San Diego que fue tremendamente prolífico en la primera década del presente siglo, pero que en los últimos años nos ha tenido un poco abandonados. Su banda principal –aunque no hay que perder nunca de vista a Tristeza, con quienes desgraciadamente no toca desde 2003– es The Album Leaf, un proyecto de electrónica post-rock que comparte con Matt Resovich, Brad Lee y Dave LeBleu, y bajo cuyo nombre ha publicado ya media docena de álbumes y casi una de singles y Eps. Enormemente respetado y con un largo historial de colaboraciones –con Sigur Rós y Mark Kozelek (a.k.a. Sun Kil Moon), entre otros– LaValle no se ha apartado jamás del camino que eligió tomar hace casi dos décadas, cuando se marcó como objetivo vital establecer la ruta más corta entre el post-rock instrumental luminoso y la electrónica ambient más hermosa y accesible. Un tipo íntegro y concienzudo musicalmente hablando.

Pues bien, seis años después de su último disco y cuatro de su publicación más reciente, The Album Leaf están de estreno. Between Waves, su sexto álbum, verá la luz este viernes día 26 de agosto, o sea: mañana; pero gracias a NPR hemos podido escucharlo durante los últimos siete días. ¡Y vaya si lo hemos escuchado! Sin haberse quedado en absoluto atrapado en el pasado, el primer placer del disco reside en el extraordinario viaje en el tiempo que supone ‘False Dawn’, el tema inaugural, cuya atmósfera parece haber salido de una botella en la que había permanecido encapsulada durante al menos una década. Un retorno a una época en la que las fronteras de la electrónica eran mucho menos anchas y, por tanto, más explorables. Ritmo poco imperativo, un fraseo de guitarra en bucle, la trompeta del señor Lee en el fondo nostálgico del tapete, y ya está otra vez desplegada la elegante electrónica con estructura post-rockera de The Album Leaf. Después el álbum se sincroniza con nuestros días y sus sonidos, habitando en una especie de sombra lejana de Moderat, pero sin dejar nunca que el apartado orgánico pase desapercibido.

Un género mestizo

Así pues, la principal virtud de Between Waves es esa especie de puente simbólico que establece entre el sonido de The Album Leaf de los ’00, importante referente en ciertos márgenes de la electrónica, y las inquietudes evidentes de su sonido contemporáneo, que sin haber sufrido radicales cambios desde entonces sí expresa un universo musical diferente. No es que haya sido un silencio excesivamente prolongado, pero da la sensación de que con él LaValle ha recalculado un poco el rumbo. Sus canciones siguen siendo esbeltas y ágiles, elegantes desde cualquier punto de vista y con una vida emocional bastante activa. Pero siempre hay en ellas algún detalle que nos llama la atención de forma magnética y poderosa, como si un tinte denso recorriera en cascada nuestros iris, tiñéndolo todo del color del teclado de ‘Glimmering Lights’, por ejemplo, o del de la voz del propio LaValle en ‘New Soul’. Es, como siempre ha sido, una propuesta extraordinariamente detallista; un ambicioso dibujo impresionista que capta, de una imagen monumental e inabarcable como podría ser el ancho océano, mucho más de lo que parece a primera vista.

Hay temas, como ‘Back To The Start’, que se proyectan directamente hacia arriba, en estructuras emocionales épicas claramente post-rockeras; otros, como ‘Wandering Still’, que en esa misma línea armónica se desarrollan con más soltura y libertad melódica; e incluso los hay que no parecen derivar de los cánones cerrados del post-rock, como la también cantada ‘Never Far’, muy en la línea del último disco de Moderat. Para el final del álbum, en cualquier caso, se reservan uno de los cortes más brillantes y estimulantes: ‘Lost In The Fog’, justo antes del cierre definitivo con la muy etérea, triste y cantada ‘Between Waves’. Un ritmo enriquecido, el del penúltimo tema, que podrían haber firmado los miembros de Atoms For Peace, y que poco a poco encuentra la compañía de un sinfín de instrumentos clásicos y no tan clásicos, en una auténtica orquesta mutante entre lo orgánico y lo digital. No será este seguramente el disco del año, porque vaya año que llevamos, pero es una grata certificación de que Jimmy LaValle sigue vivo y activo, y de que sus inquietudes ni muchísimo menos se han estancado. Compruébenlo: con él de fondo podrán estudiar, trabajar –en ciertas cosas, claro–, preparar una rica cena romántica, follar, y hasta quedarse dormidos si encuentran el volumen adecuado.

Foto de Chad Kamenshine.