4 razones para ir a ver “La Llista”
Laia Marull se encarga de interpretar el monólogo de “La llista“ que puede verse en La Villarroel de Barcelona después de que el pasado mes de enero agotara las localidades en el Teatre Lliure. Se trata de un espectáculo íntimo, apasionante y que golpea conciencias al lanzarnos un mensaje crítico para que seamos conscientes de cómo vivimos nuestro día a día corriendo, pensando en mil cosas y, al final, dejando atrás aquello que es verdaderamente importante.
Hoy en El Apuntador queremos darte 4 razones para ir a ver La Llista en La Villarroel, una obra para quitarse el sombrero.
1. Laia Marull lo borda
Tal cual. La actriz se mete en el papel de una mujer que se ha marchado a vivir a un pueblo que está en el campo y que tiene una obsesión que no ha podido dejar atrás: hacer listas de todo lo que tiene que hacer. Su mente está plagada de listas con obligaciones tan dispares como “Ir a comprar el pan”, “Llamar al médico”, etcétera.
Un sinfín de obligaciones que hacen que la protagonista tan solo pueda ocupar sus días tachando y apuntando cosas nuevas en esta lista que será interminable, que será eterna. Y Marull consigue recrear toda esa angustia, ese estrés, esa forma de vivir corriendo, con la lengua afuera, de una forma reveladora que es capaz de inquietar a los espectadores.
2. Una cuidada escenografía
Una mesa, tres pares de zapatos y una manzana. Eso es todo lo que hay en el escenario. Pero, aunque parezca poco, es más que suficiente pues la puesta en escena juega con las luces, el sonido y las proyecciones consiguiendo, así, un escenario multifacético y muy poético cuyo resultado es muy vistoso.
Con pocos elementos se consigue llenar todo el escenario gracias, también, a la interpretación de Laia Marull que con su energía consigue apoderarse de cada rincón de la sala.
3. Un ritmo trepidante
Desde el comienzo hasta el final, La llista es una obra que te atrapa desde el primer minuto y no te suelta hasta que se termina. La vorágine a la que te adentras con Marull hacen que sientas la angustia, el estrés de ser madre, ese momento pequeño de libertad al ir al cine y la amistad que surge entre ella y otra chica del pueblo.
Todo esto lo vivimos en primera persona, lo sentimos y lo vemos como si estuviera ocurriendo ante nuestros ojos cuando, en realidad, tan solo nos lo están evocando, sugiriendo.
4. Un mensaje muy contemporáneo
Y es que no hay nada más cierto que, en la vida que llevamos, las prisas vienen de nuestra mano. Corremos para ir a trabajar pero también corremos para ir a comer fuera, para ir a la playa, para irnos de fin de semana… Corremos, corremos y no dejamos de correr y, al final, con tanto correr quizás pasemos desapercibido aquello que sí es importante en nuestra vida y que no contábamos con ello, aquello que nunca apuntaríamos en una lista pero que, si no está, hace que todo lo demás pierda el sentido.
Correr para llegar ¿a dónde? Una carrera sinsentido y que puede hacer que lleguemos a perder el contacto con la realidad más humana, con nuestra auténtica esencia, con nosotros mismos. De todo esto habla la obra de La llista, un texto muy actual con el que seguro que nos sentiremos identificados.