Guía para disfrutar de uno de los mejores festivales europeos: Rock Werchter
Llevas ya siete meses contando los días para que llegue el mes de junio y lanzarte como un loco a festivalear por donde sea, pero este año, por fin te has decidido a atravesar los Pirineos y vivir una experiencia europea inigualable… ¡Enhorabuena! Lo que vas a vivir te hará cambiar por completo la forma de ir de vacaciones por el resto de tu vida. Sí, es una droga muy dura y ya no podrás prescindir de ello. Así que, si quieres un chute de los buenos, en Cuatro Pistas te recomendamos que empieces por uno de los mejores festivales europeos: Rock Werchter.
A 30 kilómetros de Bruselas, en un pueblecito muy mono del mismo nombre que el festival, los belgas llevan desde 1975 organizando un festival con carteles de infarto y una producción de quitarse el sombrero. Cuatro días de música en directo, tres escenarios que alternan artistas internacionales, bandas míticas y artistas emergentes. Y lo mejor: el público. Entre los cerca de 150.000 festivaleros que pasean palmito por allí cada año hay viejos rockeros, asiduos, jóvenes principiantes y, por supuesto, familias completas disfrutando en compañía.
Para que te hagas una idea de lo variopinto que es el público que atrae, sólo tienes que mirar el cartel de este año: Foo Fighters, Radiohead, Kings of Leon, Arcade Fire, Linkin Park, System of a Down, Alt-J, Blink 182, The Chainsmokers, Imagine Dragons, James Blake, Lorde, Oscar and the Wolk, Prophets of Rage, Royal Blood, Soulwax, Agnes Obel, Birdy, Bonobo, Crystal Fighters, Dropkick Murphys, Future Islands, Jain, Jimmy Eat World, Kodaline, The Lumminers, Mark Lanegan, Passenger, Rag n’ Bone Man, Savages, Seasick Steve, White Lies, Benjamin Clementine, Blues Pills, Cage The Elephant, Machine Gun Kelly, Glass Animals… Y un tan largo etcétera que necesitaríamos cinco posts para hablar de todos los artistas que pasan por allí.
¿Por qué Bélgica? Porque está estratégicamente situado en el centro de Europa, así que todas las bandas que organizan giras por el viejo continente hacen parada obligatoria en un país con un amor por la música como pocos de los que yo he conocido. Los belgas se entregan a los acordes y los disfrutan como pocos, por eso no es de extrañar que, a pesar de ser un país pequeño, tenga casi tantos festivales como nosotros tenemos en España unos cientos de bares por habitante.
Llegar a Rock Werchter
Ahora que ya sabes que necesitas conocer Rock Werchter, lo primero es llegar hasta allí. Te puedes hacer los 1.500 kilómetros en coche desde España, pero los vuelos europeos son tan asequibles, que realmente no merece la pena comerse esa panzada de carretera. Lo único que debes decidir es qué tipo de festivalero serás: el que duerme en Bruselas, el que busca algo para alquilar por los alrededores, o el que acampa en el propio recinto.
Combinar el turismo por Bruselas con el festival es una opción factible, pero hay tantos grupos por ver y una programación tan continuada, que apenas vas a tener tiempo los días del festival. Plantéate invertir un par de días por delante o por detrás del evento para sacarle el jugo a la ciudad con una de las plazas más bonitas de Europa.
A 15 kilómetros de Werchter está Lovaina, una pequeña ciudad universitaria con mucho apartamento de alquiler durante los meses de vacaciones, ya que los estudiantes suelen desocuparlos. Si optas por Lovaina, que sepas que hay transfers gratuitos hasta el festival cada 15 minutos desde la estación de autobuses, tanto de ida como de vuelta. Pero no sólo un bus, sino flotas enteras, así que no tendrás la sensación de ir enlatado.
Si eres de los que prefiere dormir en el camping del festival, además de la zona de acampada, Rock Werchter ofrece la posibilidad de alquilar tiendas, yurtas, cabañas y otro tipo de estancias prefabricadas que te harán sentirte como en casa. Además, hay varios supermercados dentro de la zona de acampada para que no te falte de nada.
No hemos hablado del parking, pero hay tres zonas de aparcamiento enormes donde puedes dejar tu coche los cuatro días de festival por poco menos de 15 euros, además de un aparcamiento de bicis más grande que un centro comercial. Facilidades para que te sientas cómodo.
Acceder al festival
Olvídate de los festivales con menos de 10 accesos diferentes. En Rock Werchter hay habilitados más de 20 carriles de entrada para que tu acceso sea lo menos lento posible. Todo muy organizado, pasarás el control de seguridad, el chequeo de pulsera y la comprobación de mochilas. Recuerda que, como en cualquier otro gran evento, no puedes acceder con objetos peligrosos ni bebidas.
Consejo de asidua a Rock Werchter: no cometas el error de cortar los restantes de pulsera para que no te molesten en la muñeca. En el stand de la lotería belga, unas azafatas muy simpáticas te canjearán los rabitos de la pulsera por un boleto de lotería con el que siempre conseguirás un premio: gorras del festival, camisetas, dinero… ¡Un chollo y una forma genial de llevarte un recuerdo de tu paso por el festival!
Ahora sólo tienes que ir a husmear: encuentra dónde están ubicados los tres escenarios, las zonas de descanso, los tótems de carga de móviles, las zonas de compra de tokens de comida y bebida, los cajeros automáticos (sí, hay cajeros dentro del festival), los aseos y, por supuesto, las múltiples zonas de comida y bebida. En un festival belga puedes pasar mucho calor, porque el clima es húmedo, pero jamás pasarás hambre o sed. Decenas de puestos diferentes de comida y bebida abarrotan el festival para evitar que la gente tenga que hacer colas innecesarias.
La bebida local, en Bélgica, es la cerveza. Disfrútala, porque está buenísima y entra sola. Y si quieres parecer un local, sólo acércate a la barra y, sin hablar, levanta el dedo meñique y muévelo de arriba a abajo. Te van a entender a la primera y te van a servir un vaso bien fresquito de cerveza. Acuérdate de probar un brebaje mágico que es la cerveza rosada (no confundir con las de cereza), una mezcla entre vino espumoso y cerveza que entra tan fácilmente como el rebujito en la Feria de Abril.
En cuanto a la comida, las patatas fritas son de prueba obligada. A los belgas les encanta ponerles salsas, así que pruébalas todas para saber por qué. Mis recomendaciones: andalouse (una mezcla entre brava y rosa) y stoofvlees met friet (patatas con una carne de ternera en salsa que quita el hipo). Y si no quieres parecer un dragón, huye de la salsa samurai. No es broma.
Por lo demás, en este festival belga vas a encontrar lo que te apetezca de comer: hamburguesas, pizzas, perritos calientes, especialidades locales, sushi, paella, ostras, pasta, gofres, helados, noodles, vegetariana, frutas. No te exagero, es así. Hay decenas de puestos y opciones diferentes para dar cabida a todos los gustos.
Información práctica
Rock Werchter se celebra el primer fin de semana de julio, pero no seas confiado con el clima. Lo más probable es que te achicharres por la mañana y te peles de frío por la noche. Eso, sin contar con que siempre te puede caerte un chaparrón inesperado, porque en Bélgica llueve casi todo el año, así que no olvides meter en la mochila crema solar, una sudadera y un chubasquero. Ser precavido te puede salvar de perderte a tu grupo favorito por haber ido a comprar un poncho de lluvia a la carrera.
Por último, recuerda que Rock Werchter atrae a cientos de extranjeros cada año, pero la mayoría del público es belga y holandés. Ambos países se caracterizan por la amabilidad de sus habitantes, así que escucharás mucho por favor y mucho gracias, pero en francés, neerlandés, holandés y alemán. No te preocupes si no hablas ninguna de las lenguas, porque todo el mundo habla inglés fluido y muchos veranean en la costa valenciana, así que no te extrañes si al saber de dónde vienes te recitan más tacos en español de los que tú conoces.
Ahora ya sólo me queda recomendarte que vivas, disfrutes y te lances a la conquista de Europa. Hay tanto festival por ver y conocer, que Rock Werchter sólo será el inicio de un viaje único.