Ha muerto Charles Bradley, el último milagro del soul

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La segunda vida de Charles Bradley, la que empezó con más de 60 años al entrar en el sello Daptone Records como corista, ha sido muy corta. El músico de soul, autor de tres álbumes en los últimos seis años, falleció el sábado de cáncer, cerrando tristemente la última historia de salvación del género.

Conocí a Charles Bradley en el Primavera Club 2011, cuando apenas había lanzado un disco al mercado. Recuerdo entrar en Apolo sin saber qué iba a encontrarme, sin tener más referencias del músico que su color de piel, pero que un fuerte magnetismo me atrapó nada más escucharle. El soul para mí no era un género desconocido, pero sí disociado de mi tiempo y de mi espacio. Me hubiera gustado vivir en los 70, pero, ¿a quién no?

Recuerdo fijarme bien en cómo el sudor empapaba su tez oscura, en cómo movía ágilmente su cuerpo embutido, uniformado, y en cómo sus palabras, aunque fueran de un idioma distinto del mío, tenían más emoción y fuerza que todas la que yo había pronunciado jamás.

Conocí al músico aquella noche, dejándome invadir por el fervor de la cultura negra, de la dignísima cultura negra. Recuerdo bien la conexión que podía establecer con cada uno de nosotros, su público; y pensar que aquel hombre debía ser una jodida leyenda en alguna parte.

Después conocí al hombre, al protagonista de su propia triste biografía. Al último milagro del soul.

Charles Bradley - Golden Rule (Live on KEXP)

 

Bradley nació en Florida hace 68 años, pero volvió a nacer con más de 60 en el sello Daptone Records, cuando llamó a sus puertas portando consigo únicamente sus imitaciones de James Brown grabadas en cintas VHS. Así es como había subsistido en sus últimos años, tras una vida ingrata de analfabetismo, dramas familiares –sufrió un semi abandono por parte de su madre y perdió a un hermano cuando era pequeño– y varios períodos en los que vivió en la calle y en el metro de Nueva York. Por suerte, tenía un talento incólume que al final no pasó desapercibido.

En Daptone, el sello de soul más importante de la actualidad, entró en nómina como corista, pero pronto llamó la atención de varias gurús de la compañía, entre las cuales Gabriel Roth, cofundador de la misma, y Tom Brenneck, que al poco tiempo le ayudaría en la confección del que sería su álbum de debut en 2011: No Time For Dreaming. La figura más trascendental de Daptone era Sharon Jones por aquel entonces –también tristemente desaparecida–, pero Bradley, en tan solo seis años, ha logrado llegar incluso más lejos: al corazón de las nuevas generaciones.

Dos años más tarde firmó Victim of Love, un trabajo en el que empezaba a asomar su genuina personalidad musical, desprendiéndose poco a poco de la careta de su ídolo; y en abril de 2016, Changes: su consagración definitiva.

Todos contábamos con que presentara aquel fantástico tercer disco, como ya había hecho con los dos anteriores, en el marco del Primavera Sound 2017, y que sería recibido con los laureles que merecía. Sin embargo, apenas seis meses después de publicar Changes, en octubre del año pasado, Bradley anunció la suspensión de varios conciertos debido al tratamiento que estaba siguiendo para superar un cáncer de estómago que le había sido diagnosticado. Reapareció pocas semanas después para ofrecer un breve directo en el programa de la radio canadiense The Strombo Show, y durante los últimos 11 meses se ha subido a los escenarios en cerca de una veintena de ocasiones. La última de ellas, el pasado 4 de agosto en el Pitchfork Music Festival de Portland.

Charles Bradley | House Of Strombo

 

Pero la mala noticia llegaba a principios de septiembre, cuando se confirmaba la vuelta de la enfermedad. El músico, todo ánimo y amor, no se daba en absoluto por vencido, y hablaba así de su futuro: “Quiero a todos los que han hecho mi sueño realidad. Cuando regrese, regresaré fuerte, con el amor de Dios. Con la ayuda de Dios, volveré pronto”. Por desgracia, su Dios le ha abandonado y nos ha dejado a todos sin él. El sábado se marchó desde Brooklyn, llevándose consigo el cariño de todo el planeta musical. Cerrando el último capítulo de una historia de curación, salvación y soul.

Nunca olvidaremos el milagro que fuiste.