Crítica: Suuns – Hold/Still

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No hay salida posible. El tercer disco de los canadienses Suuns hermetiza aun más su asfixiante sonido, una especie de muerte dulce hecha a base de kraut, art-rock y electrónica. Un sonido que engancha y que podremos disfrutar en la próxima edición del Primavera Sound.

¡Perded toda esperanza los que entráis!” reza un cartel a la entrada del Infierno, en Dante. Luego la visita resultó ser inocua, tanto para el eterno escritor florentino como para cada lector que se haya aventurado en tal excursión; pero de entrada acojona. Con Suuns pasa algo parecido: asustan e imponen desde cierta distancia; pero de cerca, y ya en su interior, las cosas se perciben de otra forma, embargados tus sentidos por la hipnosis. Los canadienses son tránsfugas de su propio estilo, un electrokrautrock huidizo y de vocación artística, que transforma el instrumental industrial y sus devastadores efectos en una precisa máquina de alienación cerebral. Incluso llega un punto en que resulta imposible distinguir aspereza de suavidad, dulce de amargo, en una especie de dislexia o daltonismo sonoro que convierte cada una de las entregas de Suuns en poderos acertijos psico(killer)lógicos. Hold/Still, la continuación de aquel angustioso pero brillante Images du Future, arroja tres años después más leña a las incombustibles y ruidosas brasas de su sonido.

La esperanza no sé, pero partes fundamentales del oído sí que pueden perderse nada más enchufar la maquinaria de este tercer álbum, con una terrorífica ‘Fall’ que nos pone tras la pista de HEALTH. Pero en general Hold/Still no es tan severo ni directo, se parece más a una maquiavélica tortura basada en la dialéctica poli bueno–poli malo, donde la voz de Ben Shemie en la parte amable, y el constante y repetitivo ruido orgánico de fondo se impone como perenne amenaza de violencia. Raras veces invierten sus papeles, pero la aparente confusión y el trance instrumental hacen posible que en algún momento perdamos el norte. Como en ‘Brainwash’, donde efectivamente el lavado de cerebro nos hace ver enormes columnas rítmicas pisoteando una especie de nana lo-fi. Suntuoso y a la vez sinuoso, el álbum genera una cierto de estado de semi vigilia y alerta en el subconsciente del oyente, despertándole el tic nervioso de la supervivencia más primaria. Porque, ¿quién temería a los Suuns de la muy queda ‘Mortise and Tenon’? Pues todo el que haya sobrevivido a la tortuosa y machacona ‘Resistance’.

Sin rutas de escape seguras

Hold/Still, en cualquier caso, se mantiene durante tres cuartos de hora muy cerca de la siempre recurrente frecuencia magnética que arranca en ‘Instrument’, un medio tiempo lleno de actitud desafiante que se construye a base de beats de guitarra y batería. La misma sensación de opresión interna y latente perdura claramente en ‘UN-NO’, en el angosto túnel psicotrópico de ‘Careful’, y también, solo que con más recovecos donde esconderse, en la terrorífica ‘Paralyzer’. Por otra parte, canciones como la ya mencionada ‘Mortise and Tenon’, la delirante ‘Translate’, ‘Nobody Can Save Me Now’, por muy deprimente que sea, o ‘Infinity’, el corte final, parecen dibujar rutas de escape supuestamente seguras, pero siempre bajo la sombra de una supuesta amenaza. Al final resulta que no hay salida, porque cada melodía del disco se pervierte en algún momento, curvándose de nuevo hacia el principio y precipitándonos con ella al interior de una espiral deconstructiva.  Lo dicho: “perded toda esperanza los que entráis”.

La música de Suuns tiene algo de vírico: hay cierta carcoma que se va expandiendo a medida que les damos tiempo de escucha, un musgo cavernoso que crece enredándose a nuestras articulaciones, protegiéndonos del frío y del hastío social. Sin embargo, como todo buen agente infeccioso, su primera embestida es la más terrible y mortífera, por lo que Hold/Still concentra las cargas más potentes y desafiantes en el tramo inicial del tracklist, presentando una segunda parte claramente más moderada. Comparado con Images du Future, su anterior y más representativo trabajo, el nuevo álbum de Suuns parece un muestrario de métodos de tortura más crueles y estoicos, abandonando ciertas dulzuras melódicas presentes en temas como ‘Minor Work’, ‘Eddie’s Dream’ o ‘Sunspot’, y partiendo de un grado de emergencia más apremiante. La pregunta, en cualquier caso, es cuánto aguantarán tensando más y más la cuerda. Hasta ahora las fibras se han portado y el fuelle sigue generando potencia; pero llegará un momento en el que no puedan evitar por más tiempo el estallido, y cuando llegue ese día más vale que nos pille en uno de sus conciertos. Por ahora, con precaución, podemos disfrutar del equilibrio altamente inestable y con riesgo de escape tóxico de su fórmula.