Indiemaster

Pablo Luna Chao / 22/06/2018

Ya a la venta

Vida Festival 2018. Rutas recomendadas (sábado 30)

El Vida Festival 2018 está al caer. Os proponemos rutas para cada día de festival: itinerarios para ir sobre seguro y no perderse nada que luego esté en boca de todos. En un evento tan cómodo y bonito, cada paso es una ocasión de disfrute, y más si Hookworms o Iron & Wine se presentan en los diversos escenarios.

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(Viene de la Ruta del viernes 29)

La quinta edición del Vida Festival está a la vuelta de la esquina. Un festival distinto: emplazado en Vilanova i la Geltrú, a una hora de Barcelona, cuenta cada año con su localización como principal cabeza de cartel, como reclamo inigualable. La Masia d’en Cabanyes acogerá este verano del 28 de junio al 1 de julio una edición muy especial que cuenta, como es lógico, con un cartel extraordinariamente competitivo. Reclamos como St. Vincent, en su única actuación en nuestro país, Calexico o Franz Ferdinand, resultan más que evidentes; pero tampoco debemos olvidar el plantel de artistas nacionales, apartado en el que el festival destaca especialmente este año, encabezado por Los Planetas.

Con todos los abonos vendido y unas pocas entradas de día todavía a la vente, desde Indiemaster os animamos a que vayáis, y para ponéroslo más fácil os recomendamos qué ver y qué hacer en todo momento. Un itinerario por día construido para que no os falte la música ni un segundo.

Mareta Bufona (La Cabana, 17:35)

El espíritu súperlocal del Vida Festival se basa en que casi todos los miembros del equipo han nacido y viven en Vilanova i la Geltrú. Pero además, sin renunciar al plano y a la proyección internacional, en que atienden y dan apoyo a las propuestas de su comarca y ciudad. Mareta Bufona son de la misma Vilanova i la Geltrú, endémicos del hábitat del pop-rock catalán, pero no por ello menos exportables, ya que su fórmula bebe directamente del rock estadounidense de los 90. Melodías frescas, letras cotidianas y maduras, guitarras conductoras… ¿qué más se le puede pedir a los encargados de abrir la última jornada del Vida?

Bart Davenport (El Vaixell, 18:10)

Si Erlend Oye –de Whitest Boy Alive y Kings of Convenience– opina que Bart Davenport es “el mejor artista con guitarra que hay”, habrá que tomárselo en serio. El músico californiano, que llevaba ya tiempo llamando la atención con sus álbumes publicados en solitario, ha vuelto ahora conformando una banda, The Bedazzled, para lanzar un Blue Motel donde su personalidad musical empieza a resultar evidente. Proveniente del universo crooner, del garage y del blues de los 90, Davenport ha encontrado acomodo en unas formas más fluidas que le acercan de algún modo al pop barroco alternativo. De todas formas, todo apunta a que, siendo en El Vaixell, vendrá él en solitario.

El Petit de cal Eril (La Cova, 19:00)

Si dijéramos que Joan Pons, un poco de tapadillo, está siendo una de las figuras más relevante de la escena independiente catalana en los últimos años, no exageraríamos un pelo. Además de sus discos al frente de El Petit de cal Eril, recientemente ha firmado la producción en trabajos de, por poner ejemplos presentes en el cartel, Núria Graham o Da Souza. Ese mismo trato especial con la producción y grabación musical se expresa precisamente en ∆, última entrega de su banda, registrada en tres contextos distintos –Guissona, la Garrotxa y Brooklyn – que se perciben claramente. Con ellos ya no vale eso de “el secreto mejor guardado de la escena nacional”, y cada vez menos lo de “los Grizly Bear catalanes”: su personalidad musical es tan grande que se explican por sí solos.

Albert Pla (El Vaixell, 20:00)

Aunque últimamente haya trascendido más su figura pública opinando sobre el proceso independentista catalán, e incluso en ese terreno tan fangoso, el artista de Sabadell ha vuelto a ser Albert Pla. Sarcástico, polémico, desvergonzado. Punzante. Su obra supera géneros, distinción de artes y cánones: es actor, músico, poeta, payaso y, sobre todo, transgresor. Lo que sí podemos asegurar es que en la quinta edición del Vida se subirá al escenario acompañado del guitarrista Diego Cortés, por lo que intuimos que juntos interpretarán parte del extensísimo cancionero de Pla. La diversión, además, está asegurada.

Iron & Wine (Estrella Damm, 21:00) o Museless (La Cabana, 21:00)

Sam Bean, como lo son Calexico o lo eran también Fleet Foxes en la edición pasada, es otro de esos artistas que parecen hechos a la medida del Vida Festival. Será porque el entorno de la costa catalana marida bien con el folk americano, asignatura donde el cerebro creativo de Iron & Wine se mueve como pez en el agua, marcando la pauta desde 2002 con obras tan inmensas y delicadas a la vez como The Shepherd’s Dog. Otro de esos acierto de programación con el que el festival, una vez más, certifica y demuestra su línea de estilo. El único pero es que ver a Iron & Wine significa perderse el concierto de Museless, una de las nuevas joyas de la electrónica nacional, que sigue apostando por un impactante discurso y despliegue escénico.

Josh Rouse (La Cabana, 22:40)

Fue concierto sorpresa en la pasada edición, un domingo, cuando ya gran parte del público había hecho las maletas de Vilanova i la Geltrú. Un poco a traición, la verdad. Así que este año el cantautor de Nebraska afincado en nuestro país repetirá actuación en el Vida Festival, pero esta vez a la vista de todo el mundo: en horario prime time. Se dice de él que en su día abandonó el folk-rock americano para refugiarse en la inspiración de los 80. Sin embargo, su último trabajo, Love in The Modern Age, lo que revela es que Rouse amasa las canciones hasta darles la forma única de su estilo, moviéndose sin pasaporte entre géneros que confluyen todos en sí mismo.

Hookworms (La Masia Levis, 00:30)

Nuestros favoritos de todo el cartel. El sonido de los de Leeds ha alcanzado en Microshift, su tercer disco, un grado de cocción perfecto entre post-garage, dance-punk, noise-pop, drone y algo de psicodelia, cristalizado en un disco cuyos primeros 20 minutos son de órdago constante. Detrás de él hay un proceso de superación, por parte de MJ, compositor y líder del quinteto, de una serie de tragedias tales como la inundación de su estudio, el Alzheimer de su padre y la muerte de un querido amigo. Y la respuesta del inglés ha sido apretar los dientes, expurgarse con letras sinceras y marcarse un discazo tremendo. No se lo pierdan en directo.

of Montreal (Estrella Damm, 01:30)

Envejecer de golpe es darte cuenta que una banda como of Montreal lleva ya 20 años haciendo música. El hecho de que suenen siempre frescos y osados, jóvenes de espíritu y escénicamente hablando, hace que el tiempo no pase por ellos. La proveniencia de su forma de pop es difícil de rastrear, pero sus ramificaciones exploran desde el vodevil a la electrónica pasando por la psicodelia. En otra de las líneas maestras del libro de estilo del festival, la de los conciertos divertidos, llenos de color y siempre sorprendentes, en la del de The Flaming Lips el año pasado, vaya, of Montreal marcará otro de los hitos de este primer lustro de Vida Festival.

Tversky (La Masia Levis, 02:40)

Y si queremos que al final de la noche no le falte precisamente eso, diversión y color, ritmo y estilo, Tversky son la opción. Xavi Paradis y Alan Imar conforman una de las últimas joyas surgidas de la firma Foehn, y su crecimiento se antoja imparable. Su lenguaje musical es electrónico pero su mensaje es nostálgico: una revisión de las influencias de los 70 y los 80 desde una perspectiva nueva. Estilo gomoso, grandes segmentos instrumentalizados –desde el teclado de Paradis al saxo y la voz de Imar– y un talento melódico al servicio del baile. Ese el aval de este dúo afincado en Barcelona, y un fantástico ejemplo de ello es su reciente single, ‘1985‘, que vio la luz en forma de videoclip producido por la prestigiosa Canada.

Eneida Fever DJ set (La Cabana, 03:25)

Eneida es una vieja conocida de la industria musical barcelonesa. Entre otras muchísimas cosas entre las que también se cuentan sesiones y pinchadas, ha llevado la comunicación de la sala Apolo así como la del propio Vida Festival durante sus primeras ediciones. Experimentada en todo lo que respecta a la música en directo, sus actuaciones contienen tantos géneros, subgéneros y rarezas que necesitará al menos las dos horas que tiene programadas a modo de cierre del festival para si quiera tocar la punta del iceberg. Con ella el fin de fiesta está en buenas manos.